Profesores del siglo XX, Educando alumnos del siglo XXI


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Desde hace tres años inicie una serie de conferencias y talleres para docentes aula, con varias finalidades, la primera genera comunidad de apoyo, colaboración y reconocimiento mutuo, la segunda ayudarlos a entender el cambio radical que los niños y jóvenes han vivido en la era digital, generar estrategias de aprendizaje digital que les permita conectar la enseñanza tradicional con el mundo emergente en los alumnos 2.0. Disminuyendo su ansiedad y acercando a su realidad, el mundo de la tecnología, las redes y la web.
La recepción ha sido genial, partiendo de la base que compartir implica entregar no sólo los desafíos, sino que también aciertos y errores de una meta personal que nació hace más de 7 años.
¿Cómo generar estrategias pedagógicas, para que los alumnos de una misma sala lograron aprender del manera entretenida, motivados y conectando lo que les apasiona con la malla curricular impuesta por el Mineduc? ¿Cómo crear metas individuales y grupales, sin dejar rezagados ni condenados al fracaso? Personalmente encontré la respuesta en el mundo digital. Primero aplicando recursos digitales educativos ya creados para actualmente innovar con los propios.
Después de haber conversado con más de mil docentes, puedo compartir algunas ideas.
Primero, la formación inicial universitaria no incluyó en ningún momento estrategias para educar a este alumno crítico, informado, hiperconectado, que se aburre mortalmente en la sala de clases. Los prepararon para un escenario que ya no existe, los educaron de la misma manera que lo hicieron con sus padres y abuelos.
Segundo, el perfeccionamiento posterior o es autodidacta o está en manos de ingenieros en informática o doctos en tecnología, lo que dificulta el aprendizaje significativo, pues suele hacerse desde un espacio que poca relación tienen con el día a día de los docentes.
Tercero, una vez capacitados no hay seguimiento ni acompañamiento, pocos colegios tienen un profesional, educador con experticia digital, que apoye, coordine y permita la sinergia positiva entre un profesor innovador y la realidad escolar.
Cuarto, falta tiempo, pues los docentes cada día ven aumentada la carga burocrática en desmedro de la preparación de clases, creación de recursos y colaboración entre pares.
Quinto, están ávidos por aprender y la mayoría de manera aislada pero no coordinada, generan instancias de innovación digital en el aula, que al no ser compartida pierde la riqueza que posee una estrategia pedagógica, visada, creada y criticada por la comunidad docente.
Y el desafío es mayúsculo. Los niños y jóvenes han sufrido un cambio radical, piensan, crean comparten, se informan, investigan de una manera radicalmente diferentes. Exigen participar y cuestionan todo lo establecido. La creatividad los desborda y el trabajo gregario los aúna. Pueden hacer varias cosas a la par y suelen tener baja atención, por largo tiempo.
Exigen un nuevo trato en la sala de clases, que ya desdibujo sus límites, no acatan normas o simplemente las burlan, Comparten todos en especial trabajos, informes, evaluaciones.
Se aburren mortalmente y no encuentran significado en lo que se les enseña, son prácticos, lo que no sirve se desecha y están en continua búsqueda de nuevos desafíos.
Son los mejores aliados de un profesor, que ya debiese transformarse en un facilitador del aprendizaje, donde son los alumnos protagonistas, actores principales junto a sus padres.
Sólo puedo agradecer a los docentes aula, por la vocación, esfuerzo, trabajo diario, por el tiempo compartido. Y seguir creando una comunidad digital docente que se valora, valida y aporta, a un sueño compartido. Una Educación para la vida, donde cada niño pueda desarrollar sus talentos y habilidades personales.
A no olvidarse ni perder la fuerza, somos maestros que debemos educar para el siglo XXI. Que nuestros alumnos puedan responder a las demandas de un mundo fascinante y cambiante.

 

 

 

 

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