Profesor, existe en redes


 

Que duda existe que nuestros alumnos viven en redes sociales y que publican hasta lo inimaginable en ellas.

Desde que nacen, sus mismos padres los ingresan a un espacio de grandes oportunidades pero también complejos escenarios donde se exponen permanentemente, sin que ni el sistema educativo ni el paternal asuman el rol que deberían ocupar, los miles de “Huérfanos Digitales” que pululan en la web siguen estando solos.

¿Qué hacer como docentes? Existir en redes, así de simple, pero como profesores aula. Lo que implica renunciar a las cuentas personales públicas, centrar nuestros esfuerzos en potenciar estas vías de comunicación como espacios de colaboración y crecimiento comunitario. Evidenciar lo que hace únicos a nuestros alumnos y a partir de ellos vincular sus intereses y motivaciones con los contenidos curriculares que debemos impartir.

Las redes sociales permiten personalizar el aprendizaje y dotarlo de una significancia para los niños que buscan en ello no sólo el ocio y la entretención también la posibilidad de emprender y crear su futuro inmediato.

Pero la gran pregunta, ¿cómo parto?

Primero asumiendo que si “existo en redes”, soy visible 24/7, desde lo que viralizo, Rt o simplemente favoriteo. Miles de ojos estarán escudriñando mi “identidad virtual”.

Nunca confundir las redes profesionales con las personales, son origen de conflicto y problemas asegurados.

Elegir una imagen que nos identifique y en el avatar expresar nuestra vocación, experticia y sueños o motivaciones pedagógicas.

Sumarse y liderar a través de etiquetas, debates donde se unan docentes del país y del mundo, partiendo de la base que se aprende del compañero aula con mayor eficiencia que de la mejor cátedra o el más inspirado coaching.

Crear en comunidad educativa ejercicios que nos permitan invadir las redes de experiencias que les permitan a nuestros alumnos desarrollar habilidades y competencias digitales, tan básicas como saber validar “noticias” o fuentes hasta crear recursos y compartirlos.

Potenciar lo que hace únicos a nuestros alumnos, emprender junto a ellos y unir sus proyectos personales a quienes lideran o ya han iniciado el emprendimiento digital.

Proteger, acompañar, conocer los entornos digitales en los que  se mueven de tal manera  de anticiparnos a las “malas experiencias” que puedan vivir (una de las mayores falencias de las políticas anti bullying  que se generan es omitir el espacio natural en el que viven los Hijos de la Tecnología, la Internet)

Apoyarlos con el ejemplo en la creación de su identidad digital posibilitando que se conviertan en ciudadanos digitales del mundo.

Unir el mundo virtual al análogo, estableciendo códigos de convivencia desde el respeto, el dialogo y la empatía. Las habilidades sociales tan necesarias y ausentes hoy en día.

Pareciera una tarea titánica, sin embargo es perfectamente posible. Llevo más de 7 años enredada y puedo expresar que no sólo encontré un espacio donde logre validarme frente a los “Hijos de la Tecnología”, también desarrollar un aprendizaje diferenciado en el aula, donde vinculo lo que los motiva con el aprendizaje significativo y personalizado.

Hace mucho deje de educar en el limitado espacio de la sala de clases, ingrese a las redes y de ahí me conecto con profesores de todo el mundo y acompaño a mis alumnos en sus sueños y motivaciones.

Juntos creamos futuro

¿Qué esperas profesor, para enREDarte?

 

 

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