Fin a la selección de alumnos más que hundir Educación Pública es un desafío real


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Hace día atrás el Ministro de educación chileno, Nicolás Eyzaguirre, estableció el fin de la selección de alumnos al ingreso al sistema educativo y se abrió un nuevo flanco de discusión, para algunos será el hundimiento definitivo de los Liceos emblemáticos que hasta ahora lograban excelentes resultados en las pruebas que miden el ingreso de jóvenes al sistema universitario y técnico profesional, para otros es un real desafío que puede ser el punto de inicio, para crear una estrategia integral que permita fortalecer uno de los sistemas que formó a millones de jóvenes por décadas.

Durante los últimos 20 años, 800 Escuelas públicas cerraron sus puertas ante el desinterés, desidia, ignorancia o intereses creados de una sociedad, que fue incapaz de reconocer el problema. Intereses que se cruzan actualmente en un debate donde todos desean cambios sin que eso signifique perder parte de su «feudo».
La no selección es un real avance si se establece una política integral asumida por el modelo finlandés, desde el inicio de su reforma.
Que van desde disminuir alumnos por sala, generar estrategias de aprendizaje innovadoras, donde el compromiso padre/profesor/alumno sea fundamental, capacitar y fortalecer la labor docente con una carrera donde los incentivos se unan a la formación continúa. Acompañar al profesor con pedágogos auxiliares que posibiliten un aprendizaje diferenciado en aquellos alumnos que no logran las habilidades y competencias requeridas, aumentar horas preparación, corrección, creación material educativo. Generar un proyecto educativo donde el compromiso real de padres, alumnos y docentes, sea la piedra angular.
Frente a un momento histórico, respondamos con proyectos históricos, dejemos de argumentar falacias, tales como que el sistema privado selecciona, cuando basta ver que más una prueba inicial a un niño la da el padre o el poder adquisitivo del progenitor. Dejar de dar gritos catastróficos por una Educación Pública que dejaron morir en el absoluto abandono.
Veamos el fin de la selección alumnos como una oportunidad para crear desde la innovación y la voluntad un proyecto real y eficiente pero que a la par mida el compromiso de la comunidad.

¿O vamos a seguir con la premisa, de cambio pero sin que afecte mi «feudo personal»?

Estudié en un Liceo público y lo que soy como profesional se lo debo a esos profesores que con mística y vocación hicieron posible que cumpliera cada una de mis metas.
!Que vengan buenos tiempos para los estoicos profesores del sistema público chileno¡

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