Desde hace cinco años comparto en charlas con docentes aula, más de tres mil profesores y estudiantes de pedagogía. Siempre una necesidad acompaña la amena conversación, la creación de “Comunidades de Aprendizaje Docente” en Chile.
Más en una Era Digital que bulle en cambios y que lleva al profesor a reinventarse día a día. Trabajar de manera colaborativa es el norte y esta a sólo un clic de distancia.
¿Por qué es tan necesaria la comunidad de Aprendizaje Docente?
Porque es el espacio comunitario donde el profesor se retroalimenta, comparte, crea y crece profesionalmente.
Sin embargo y a pesar de esta obviedad son pocas las instancias para retroalimentarse en los espacios educativos chilenos, atiborrados de mallas curriculares eternas, una burocracia “papelística” que ahoga el alma educativa más creativa y la obsesión permanente por rendir en pruebas estandarizadas, léase Simce, PSU. Pocas horas de preparación de recursos pedagógicos, el profesor se hunde entre papeles y más papeles.
Si a lo anterior se le suma las “intervenciones tecnocráticas” que intentan trasformar el aula fuera de ella, el panorama se ve absolutamente desalentador y cuesta arriba.
Sin embargo la Era Digital brinda a los profesores el espacio para crear Comunidades Digitales de Aprendizaje Docente, gratuitas, en tiempo real y abiertas a los que deseen participar en ellas.
¿Por qué no crear entonces espacios colaborativos de trabajo comunitario?
Comunidades que propongan debates online permanentes, se dialogue y compartan opiniones diversas, generando un empoderamiento de la voz docente aula.
Se creen proyectos colaborativos, que respondan a las necesidades reales del aula, no las detectadas por profesionales externos al micro cosmos educativo.
Exista una actualización de manera permanente. Reconociendo la creatividad y la innovación que nace en la salas de clases.
Logrando un mayor aprendizaje colaborativo y colectivo.
Existe un axioma, si el aporte, crítica o propuesta proviene de otro profesor, se le encuentra validez. La horizontalidad de la comunicación permite una mayor apertura a las propuestas que se puedan generar.
Se potencien las relaciones interpersonales, fundamentales en los profesores aula, toda vez que trabajamos en un ambiente de alta exigencia y la motivación, el apoyo y el reconocimiento a la labor diaria es un elemento fundamental para lograr las metas diarias.
Chile vive una Reforma Educativa sin la voz docente aula, donde tecnócratas, iluminados se han tomado el espacio y han impuesto sus visiones.
Necesitamos que la Comunidad Docente eleve su voz, valide su experticia y proponga aportes necesarios para que el cambio educativo que buscamos sea real y no una mera transformación cosmética.
Este 2016 es nuestro año, a caminar con fuerza y esperanza, nuestros niños merecen el esfuerzo.
Un abrazo y mi reconocimiento a los miles de profesores con los que he compartido. Seguiremos sumando compañeros de ruta
Por y para los niños