¿Hasta cuando hipotecamos el futuro de nuestros niños? Educación Chilena


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Una de las grandes interrogantes que nace del nulo debate educativo que  prima en Chile es si existe voluntad para transformar un sistema que reproduce la desigualdad. Sólo nos quedamos en frases grandilocuentes, proyectos que nacen del Olimpo de los “expertos, con 0 horas aula” y los padres siguen endeudándose para darles a sus hijos su mayor legado, una Educación que le permita realizarse en la vida futura.

 Marzo es para las familias símbolo de sacrificio, costosas listas de útiles escolares, pagos de matrículas, libros ( que podrían hace tiempo ser reemplazados por recursos digitales al mínimo costo) , para ingresar a un sistema educativo agobiado por el academicismo, contenidos tras contenidos, evaluaciones tras evaluaciones. Y si le preguntáramos a nuestros niños y jóvenes( lo que pocas veces se hace) si se sienten satisfechos y realizados con lo que aprenden, la mayoría diría no. No ven sus intereses reflejados en el sistema escolar ni menos que les permita desarrollar sus proyectos personales.

Ingresan al “túnel del tiempo” y los preparamos, la mejor de las veces, para ingresar a endeudarse a otro sistema y al final de años de sacrificio, terminar con un título, que le permitirá ingresar a un mercado atiborrado de jóvenes como él.

Parece trágico y lo es, más cuando la era digital presenta tantas respuestas y oportunidades.

 No sólo para educar de manera diferenciada y así responder a las necesidades individuales de los alumnos, sino que a su vez para desarrollar en ellos emprendimientos personales que no les obliguen  creer que sólo la Universidad es el camino a seguir.

Los padres pueden disminuir los grandes gastos que implica mantener un hijo en el sistema escolar, partiendo por el reemplazo de libros por ebooks, gratuitos o al mínimo costo, digitalizando las salas de clases, incorporando a los padres al proceso educativo.

El mundo digital es el espacio que permite emparejar la cancha, no sólo de los profesores, que podrían generar sus espacios de mutuo crecimiento y así desarrollar proyectos comunitarios de mutuo beneficio.

Las posibilidades son infinitas y así lo entendió Colombia, Brasil, Singapur, por nombrar algunos.

¿Cuándo en Chile terminaremos con el negocio de la Educación?

¿Cuándo asumiremos el desafío de reformar un sistema que reproduce la desigualdad?

Todos nuestros niños y jóvenes nacen con talentos naturales, genios en potencia que sólo necesitan terreno fértil para germinar.

Nuestra Educación actual aniquila sus sueños, los posterga y los deja sin la fuerza para creer que es posible un cambio real.

Hipotecamos sus vidas, peor, los condenamos a creer que es imposible lograr lo que anhelan, se amoldan a un sistema que es dirigido por los mismos de siempre.

¿Hasta cuando seguiremos hipotecando el futuro de nuestros niños?

¿Hasta cuando seguiremos jugando con la Educación?

 

 

 

 

Un comentario

  1. Reblogueó esto en Blog de Profeserioy comentado:
    La educación Chilena es un negocio, puede serlo como «fabrica sin humo» para atraer estudiantes de otros países, pero nunca debe dejarse de lado la educación pública, accesible e inclusiva para los niños y jóvenes del país.
    Verdad ?

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