Llevamos décadas de desmantelamiento de la Educación Pública, por la migración natural para algunos incentivada para otros, de los apoderados, quienes buscando los mejores establecimientos educativos para sus hijos migraron al mundo particular y particular subvencionado.
Dos tercios han emigrado, dejando a los establecimientos con un sello de segregación social evidente. Los padres con mayores poderes adquisitivos o con grandes esfuerzos buscaron nuevos espacios y en las Escuelas Públicas quedan los alumnos que no pudieron hacerlo.
Hace poco estuve en una de ellas, conversando con profesores que llevan más de 30 años trabajando con una mística que emociona.
Constatar el olvido en el que están, la dificultad de trabajar con los recursos que tienen, los alumnos la mayoría en vulnerabilidad social y los bajos incentivos docentes para permanecer en la lucha diaria.
Lucha diaria contra las dificultades que enfrentan, siendo el mayor peligro desaparecer por completo.
La gran pregunta es ¿quién tiene la voluntad real para fortalecer las Escuelas Públicas en Chile?
Toda vez que desde que se instauró el sistema participar subvencionado, el lucro invadió el ámbito educativo. El negocio de la Educación se instauró en Chile a la vista y paciencia de todos.
¿Quién tendrá la voluntad para “cerrar” aquellos establecimientos que incurren en el lucro evidente? ¿Cómo podemos fiscalizar para que funcionen bajo la ética educativa?
Me inclinó más bien por revertir la misma estrategia que utilizaron cuando se inició el problema.
Inyectar apoyo real a las Escuelas Públicas, generando en ellas ventajas comparativas que las hagan competitivas en la sociedad.
Remodelación de las infraestructuras, crear establecimientos de primer orden que satisfagan las necesidades de alumnos, padres y profesores.
Generar planes curriculares que creen alumnos motivados, creativos, innovadores. Existen miles de niños y jóvenes que por falta de oportunidades no logran desarrollar sus habilidades naturales. Darles el espacio para que generen competencias que les permiten responder a las demandas futuras es imperioso.
Crear incentivos para potenciar el trabajo de los héroes que trabajan en la actualidad, aumentando sus sueldos, creando una carrera docente motivadora y orientada hacia la innovación y la participación. Abrir el espacio para que los profesores y maestros que puedan aportar con su experiencia ingresen al sistema público.
Potenciar a las familias para que sean reales agentes educativos, aporten al proceso y lideren en sus respectivos ámbitos el co aprendizaje de sus hijos.
Parece cuesta arriba, pero no lo es, sólo necesitamos voluntad real de quienes nos gobernarán en los próximos años.
Hace años escuche a Evelyn Matthei en la Universidad de Los Andes, les habló a cientos de jóvenes sobre Economía y termino emocionada hablando de vocación, ese mismo día nos contó que deseaba terminar su vida profesional haciendo clases en una Escuela Pública.
Ahora tiene como candidata y posible Presidenta de Chile la oportunidad de hacer su sueño realidad, rescatar las Escuelas Públicas y darles el espacio que merecen.
Estudie en una, la Escuela 135 de Limache y debo mi formación e interés por aprender a esos profesores que con mística y alma me enseñaron, que valemos no por lo que tenemos sino por lo que somos.
Educación Pública, un desafío real
Excelente carta de mi tan insigne amiga y MAESTRA, Marcela Momberg, que suscribo plena y absolutamente. No me cabe duda alguna que Evelyn Matthei, si con nuestro voto, sale electa Presidente de Chile, que es lo deseamos y esperamos por el bien de nuestra amada Patria, hará todos sus esfuerzos para mejorar en serio la educación pública en Chile. Mis felicitaciones, estimada Marcela, por tu elocuente y necesaria carta a Evelyn Matthei.
muy linda carta, estoy seguro, si todos nos unimos para ir a votar, matthei será la nueva presidenta y podremos de verdad mejorar muchas cosas y seguir con un gobierno de excelencia.
saludos cordiales